Si ya conoces a Don Tillman, el encantador y especial protagonista de El Proyecto Esposa, te preguntarás qué ha sido de su vida. La respuesta la tienes en El Efecto Matrimonio. Si no lo conoces, rubia, deja de leer; lo mejor que puedes hacer es ir a por El Proyecto Esposa por dos motivos.
- Porque seguro que El Proyecto Esposa te gusta y querrás saber qué más le sucede al bueno de Don.
- Porque, adivinas bien, El Efecto Matrimonio es la continuación de El Proyecto Esposa.
¡Una segunda parte!
Pongámonos en situación. En 2012, Graeme Simsion, un autor australiano prácticamente desconocido, publicaba The Rosie Project, que en español se tituló El Proyecto Esposa. El libro recibió varios premios y fue rápidamente un éxito editorial internacional. Méritos no le faltaban. Dos años después, en 2014, veía la luz The Rosie Effect. En España, ha sido en 2015 cuando la editorial Salamandra ha sacado la edición en español: El Efecto Matrimonio. Es decir, la segunda parte.
¿Y qué se dice que sucede con las segundas partes? Ya se sabe. Sobre ellas siempre acecha el amenazador proverbio español (no todos los proverbios son chinos) "nunca segundas partes fueron buenas". Curiosidades de la vida, según el Centro Virtual del Instituto Cervantes, esta frase aparece en El Quijote. ¡Precisamente en la segunda parte del Quijote!
Pues bien, en el caso de El Efecto Matrimonio, la proverbial frase no se cumple. Rotundamente no.
El Efecto Matrimonio es una continuación que no desmerece en nada a su predecesor; está a su misma altura. De hecho, a veces, da la sensación de que las dos partes han sido escritas a la vez y que se podrían leer perfectamente como dos partes dentro de un mismo ejemplar, pero que, por motivos editoriales (muy respetables, si es el caso), se han publicado por separado. ¿Podría ser?
Sea lo que fuere, en mi opinión, El Efecto Matrimonio carece de entidad propia o independiente de El Proyecto Esposa. Es su continuación; parte de la premisa de que ya se ha leído la primera parte. Sí o sí. Si no, no te vas a enterar de media novela. Don ya se supone un personaje conocido para el lector (que difícilmente se olvidará de sus rasgos principales); apenas se repite información imprescindible sobre él. Prácticamente lo mismo sucede con Rosie y, en menor medida con Gene. Esto es algo que se agradece, sinceramente, porque uno de los aspectos más tediosos de las segundas (y sucesivas) partes de las sagas es la repetición de cosas que el lector ya sabe pero que son necesarias para que los recién llegados se puedan situar.
La continuidad tan marcada de El Efecto Matrimonio tiene dos consecuencias positivas.
- La primera es que el estilo directo y ágil de la narración y de los diálogos se mantiene invariable con respecto a El Proyecto Esposa. Sería una marca de la casa Simsion o, para ser más exactos, marca de la casa Tillman. El estilo es exactamente el que se asocia a la personalidad de Don, apenas sin florituras ni adornos innecesarios. Este es uno de los puntos fuertes de ambos libros, la sensación de coherencia entre forma y fondo. Don no necesita adornos; sus novelas tampoco.
- Se repite protagonista. Hay que reconocerlo: Don es entrañable. Aunque tenga sus cosillas. Además, en El Efecto Matrimonio las (in)aptitudes sociales y las dotes intelectuales de Don no necesitan acaparar la atención más allá de lo necesario para propiciar algunas situaciones cómicas necesarias para construir y sostener el argumento. Esta economía con las características de Don propicia que profundicemos un poco más en sus razonamientos y, por increíble que pueda parecer, en sus sentimientos. ¡Don siente! ¡Si hasta acaba diciéndole alguna mentira piadosa a Rosie!
Hablando de argumentos, que ya toca. En El Efecto Matrimonio abandonamos definitivamente Australia y nos vamos a Nueva York. Don está trabajando como profesor invitado de genética en Columbia. Y con él está Rosie, su mujer, estudiante de Medicina y a punto de terminar su Doctorado en Psicología. A partir de este inicio, que prácticamente coincide con el final de El Proyecto Esposa, ¿qué puede pasar?
¡No querrás que te reviente la novela! Pero te daré una pista: el título... efecto matrimonio... ¿Qué efecto piensas que tendrá el matrimonio? ¿Tendrán Don y Rosie un hijo? ¿Se divorciarán? Ahhh, no seré yo quien te desvele la incógnita. Tendrás que leerlo. Merece la pena, te lo aseguro (obviamente, sólo si te gustó El Proyecto Esposa).
El argumento de la novela desarrolla una situación relativamente común que, gracias a las virtudes poco comunes de Don, se embrolla cada vez más. Siempre, con buenas dosis de humor, las situaciones que se viven son cotidianas (o podrían serlo perfectamente), pero se les acaba dando algo la vuelta: desde una cena entre amigos que sale mal a una visita a un parque que acaba en la comisaría y con muchas e inesperadas consecuencias.
En cuanto a los personajes, Don Tillman es el protagonista absoluto de la novela. Don, con sus cosas (como por ejemplo, el Programa Estandarizado de Comidas, del que le cuesta tanto despegarse) y su evolución capítulo a capítulo. Junto a él, una serie de personajes secundarios, algunos brillantes, entre los que destacan:
- Sonia (la mujer de Dave), muy simpática, que aporta buen feeling y tiene momentos memorables. Para mí es de los personajes más bonitos y, desde luego, sobre ella se sustentan algunos de los momentos de locura más cómicos del libro.
- Lydia, una de las revelaciones de la novela. Con una aparición marginal al inicio, en un inciso desternillante (antipática, en la cena que acaba inevitablemente mal), acaba siendo un personaje crucial: representa la voz cuerda y evidencia la realidad de Don, con sus limitaciones y, también, por oposición, sus cosas buenas. Una vez concluida la lectura, es un personaje que me gusta, por lo complejo que es.
A través del conjunto de situaciones y personajes, que actúan de contraste o que permiten realzar alguna cualidad, El Efecto Matrimonio transmite muy buenas sensaciones. Véase, por ejemplo, el valor de la amistad, que se manifiesta en la relación inusitada que existe entre Don y Dave y a la que se incorporan Gene y George, un guitarrista de rock (de los Dead Kings, para más señas, que han acabado su carrera tocando en cruceros) y que incluye varias confesiones inesperadas, muy especialmente la del mujeriego Gene. Por supuesto, el amor también está presente, con su fuerza y peligros, como atestiguan Dave, Sonia, Gene, Claudia y los propios Don y Rosie.
En definitiva, El Efecto Matrimonio es una novela bien escrita, con un estilo propio muy correcto, que se lee estupendamente, que se disfruta alegremente y que es todo un acierto para quienes ya hayan disfrutado de El Proyecto Esposa.
Si quieres puedes leer las primeras páginas en la página de Salamandra, así como ver un vídeo de presentación.
¡Que disfrutéis de su lectura, rubias!
Comentarios
Publicar un comentario